domingo, 27 de noviembre de 2011

Serás como aquella canción de los años 80...


La vida pasa como los coches que vemos por nuestra ciudad. La sensación de perderlo todo, el miedo de lo efímero, el boomerang pierde su función y se va para no volver. ¿Dónde están todos esos sueños que queríamos cumplir? Caen en el abismo, en un pozo sin fondo. Intentas convencerte a ti misma que lo que haces es la decisión correcta ¿Correcta? ¿Eso es lo que queremos?

lunes, 21 de noviembre de 2011

No le digas a nadie que no llegé a tiempo.


A veces es obligatorio no pensar las cosas más de una vez seguidas, hay peligro de tomar la decisión equivocada, errónea: la del cerebro.

Cierra los ojos, ábrelos con sutileza, perdona.

No hay nada. Silencio. Miedo. Oscuridad. Y se echa a llorar con rabia. Llora porque no siente lo que le gustaría sentir. Llora porque a veces no hay culpa y no quisieras hacer sufrir a nadie, pero te sientes malvada, desagradecida. Preguntas, demasiadas preguntas para ocultar la única verdad que ya conoce. Pero otra cosa es admitirla. Admitirla significa doblar en la próxima esquina y coger otro camino. Luego se busca. Se mira en el espejo. Pero no se encuentra. Es otra.

Porque cuando alguien a quien quieres se va, intentas detenerlo con las manos, y esperas atrapar así también su corazón. Pero no es así. El corazón tiene piernas que no ves.

Olvida todos esos pensamientos. Fatigosos. Inútiles. Difíciles. Que le gustaría que condujesen a alguna parte, pero que al final no llevan a nada. Y se deja amar. Así, con una sonrisa.