La realidad es dura. La realidad es muy
dura. En el mundo de color de rosas se
está muy bien, pero esa no es la realidad para nada. Todo se tiñe del color
negro, que es el color permanente en mi vida. De nuevo piensas que estás sola,
que la gente no es más que demonios con pieles de cordero, que siempre intentan
ser mejores que tú, pisoteándote, haciéndote sentir como una mierda. Sí, este
es el hermoso mundo en el que vivimos. Si te fallan una vez, te fallarán dos,
tres, cuatro y así hasta el infinito. Nunca te confíes. Porque a las personas que más quieres, estas te
seguirán fallando una y otra vez. Refúgiate en ti mismo. No tendrás a nadie
más. Nunca. Jamás. Las personas somos demasiado egoístas para pensar en algo
que no sea beneficio propio. Tenlo en cuenta. Somos así. Son así.
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