Momentos vividos de los que puedes
aprender. De lo que puedes aprender de ti misma y poder entreabrir esa coraza
que no te permitía mostrarte al mundo por miedo al fallo, a la caída, al
rechazo. Momentos que no son la meta de tu vida , sino el tránsito hacía lo
positivo hacia el futuro pero viviendo el presente.
He aprendido que hay que dejar atrás los miedos y delante las
esperanzas, a reirse de uno mismo, a saber afrontar la derrota y festejar la
victoria. Porque hay que vivir esperiencias nuevas, hay que arriesgarse; no
pasa nada si sale ahora mal; la vida, aunque parezca mentira, te da muchas
oportunidades.
Es obligatorio vivir un rato al límite, en ese momento te das cuenta que
estás despierta, llena de energía y de vitalidad, cosas ininteligibles que
hacen falta alimentar.
En estos 21 días he aprendido todo esto.
Una experiencia que jamás podré olvidar. Una experiencia como esta en este
punto de inflexión de mi vida me ayuda a afrontar mi vida como debe ser,
comiéndomela a bocados.
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